"Cultura Deportiva en Equipos de Formación"
Hoy tenemos la suerte de leer a Rubén Vega. Ex jugador de baloncesto y actual entrenador titulado del mismo deporte. Rubén Vega lleva vinculado
al mundo del deporte más de 20 años como jugador y entrenador, en los últimos
años realizando su labor formativa en la Asociación Deportiva Bosco Salesianos. De este enamorado del baloncesto tenemos que destacar que formó parte de la maravillosa cantera del FCBarcelona de Basket donde convivió y compartió grandes experiencias con referentes de nuestro deporte. Nos expone lo siguiente:
"Cultura Deportiva en Equipos de Formación"
Lo primero agradecer a
Emilio la posibilidad de colaborar en este blog, su puesta en marcha me pareció
una grandísima idea y lo sigo habitualmente.
Lo segundo, espero que
después de leer este artículo de opinión, y de una breve reflexión, os sirva
para vuestro día a día en el trabajo con vuestros jugadores/as.
Empiezo por el final
respecto al tema que voy a tratar. He llegado a la conclusión de que hay
jóvenes que tienen la suerte de interiorizar la cultura deportiva y que esta,
en la mayoría de casos, se inculca desde la figura del entrenador/a.
Una buena pregunta sería,
¿qué es la cultura deportiva? En mi opinión, la cultura deportiva es conseguir
hábitos saludables en nuestros deportistas, no solo de la práctica del mismo,
sino de todo lo que engloba el deporte, la parte previa a los entrenos, los
hábitos fuera de la pista, en las gradas, además de los diferentes valores que
nos aporta el deporte (esfuerzo, compromiso, solidaridad…), en una palabra,
respeto.
Al comienzo de la
temporada, cuando recibimos a un grupo, el cual queremos convertir en un
equipo, solemos proponer una serie de normas: asistencia, puntualidad, estirar
al término del entrenamiento, ducharse… cuando conseguimos que estas se lleven
a cabo, estamos inculcando “cultura deportiva”, sin embargo, en el momento que
alguna de estas no se cumple, y nuestro jugador/a, no nos la justifica, por
desinterés nuestro o por dejarlo pasar, estamos en la línea opuesta de lo que
considero cultura deportiva.
Dentro de los diferentes
jugadores/as que tenemos en nuestro equipo podríamos distinguir dos grupos: los
jugadores/as hijos/as de padres y/o madres deportistas, y los que no lo son.
Normalmente, los del primer grupo tienen una serie de buenos hábitos que
provienen de la experiencia de sus progenitores, vienen a entrenar siempre, si
faltan a entrenar avisan, no se pierden un partido ni de broma… y es porque esa
experiencia que están viviendo como jugadores/as ya la han vivido previamente
en sus casas. Al segundo grupo, somos nosotras y nosotros como formadores los
que deberemos inculcarles los buenos hábitos de la práctica deportiva. Una
parte más laboriosa en ocasiones que la de planificar o la de conseguir un buen
rendimiento en nuestros deportistas.
Debido a esto último, en
ocasiones no solo debemos transmitir a nuestros pupilos/as lo que conlleva
formar parte de un equipo, que tiene unos objetivos y unas metas, y en el cual
necesitas de todos/as y cada uno de ellos para llevarlos a cabo. Sino que
tendremos que explicarles a los padres y madres de nuestros jugadores la
importancia que tiene cumplir esas normas que el entrenador propone para un
buen desarrollo de la temporada. Importancia para ellos y ellas, la creación de
ese sentimiento de pertenencia a un grupo en el que todos y todas son igual de
importantes. El partido lo gana y lo pierde el equipo y no un jugador
individualmente. Sentir que se valoran y apoyan los unos a los otros, porque un
mal día lo tiene cualquiera pero si están a tu lado apoyándote ese día es menos
malo.
De esta forma estaremos
desarrollando autoestimas reforzadas, amistades fuertes y seguramente personas
muy buenas en la resolución pacífica de conflictos.
¿Cómo conseguir entonces
inculcarles la cultura deportiva a nuestros jóvenes? Consiguiendo que cumplan
una serie de normas, al principio no muchas. Aumentándolas, en función de si
han sido capaces de cumplir las anteriores.
Algunas de estas normas probablemente ya las hayan tenido con equipos en
temporadas anteriores. Respetando todo lo que envuelve el formar parte de un
equipo. Aprendiendo a convivir y valorando a los compañeros y compañeras y al
deporte que practican, pero sobre todo, dando ejemplo.
Si queremos que nuestros
jugadores adquieran “cultura deportiva”, los primeros que tendremos que
respetar al deporte y al equipo seremos los entrenadores y entrenadoras, y
deberemos enfocarlo no solo como una mera actividad extraescolar, si no como
una actividad deportiva, reglada, a la vez que un potente agente educador.
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